Tanto tiempo preguntándose porqué, años en vano buscando una respuesta, una explicación, algo.
Miles de días esperando, pero ¿Esperando qué?
Primero una definición, luego la ocasión; más tarde coraje, valentía; después una disculpa, un motivo.
A los pocos meses, el sentido.
Una señal, una razón para que desde aquella tarde, 7 años atrás no pudieras apartar tu mirada y 7 años después tus pensamientos se hubieran mantenido en ese preciso instante y en los posteriores ¿Porqué no...?
Pero ahí estaba.
La respuesta estaba ahí, en la pantalla.
Solo había que introducir tu email y contraseña y desplazarte hacia abajo con el cursor en el momento exacto: 24 octubre de 2012 13:37.
Nada más y nada menos.
Dos palabras, una foto.
3 objetos, que te hacen frenar en seco, detenerte a tu pesar.
Ya no hace falta que pronuncies ni un sonido, que teclees una letra, que pienses más en el cómo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ay. Tal como comienza esta entrada, has traído a mi recuerdo algo que, aunque siempre está presente, intento olvidar, son muchos años ya erosionando mis pensamientos, y hace poco me di cuenta de que solo hacía que dañarme. Bueno, alguien me ayudó a darme cuenta. Pero sigue siendo una historia sin porqué. Sin excusa. Sin motivo.
ResponderEliminarYo, durante esta cuarentena, escribí el "qué" a "quien" debí hacerlo en 2005. Pero entonces, no tenía "nada" que escribir.
Eliminar