domingo, 23 de enero de 2011


Hoy las gotas de memoria se han convertido en solo gotas, gotas que mojan y resbalan por mis mejillas, cayendo a 9,8 metros por segundo, mientras mis pensamientos son aún más veloces pero aún así se empapan.

Y pienso mientras mis ojos se inundan y mis recuerdos intentan no ahogarse en ese mar tan turbulento de emociones contradictorias, si de verdad fue tan malo, ¿Cómo es que lo hecho de menos?

Quizá es que siendo tan malo, conseguí acabar y salir de allí y por ello hoy este donde quiero estar, haciendo lo que quiero hacer.

Aún así no sé como parar esta lluvia, porque los paraguas no sirven de nada cuando fuera está seco y llueve por dentro.