viernes, 17 de diciembre de 2021

Menta-poleo

 

Ella estaba abstraída, en algún lugar fuera de la cafetería en la que llevaba el tiempo suficiente para que la temperatura de la manzanilla casi se igualara a la del otro lado de la ventana, cuando una voz masculina intentó distraerla y convencerla de que se quedara o de que, realmente, volviera... afuera.


¿Puedo?... ¿Puedo sentarme aquí? —insistió de nuevo, cambiándose el vaso de mano para no abrasarse demasiado.

¿El qué? —fue lo único que pudo emitir que tuviera más sentido que ese desconocido haciendo muecas concéntricas a la espera de su veredicto.

Es que está el aforo ocupado —se excusó, mientras dibujaba una circunferencia en el aire—, a excepción de este sitio. —Señalándole con dicho dedo el asiento que les separaba.

¿Eh? ¡Ah! No hace falta. Si ya, ya me iba. Puedes sentarte donde quieras: en cualquiera de ellos.

Yo solo necesito una silla y un trozo de mesa. Y algo de hielo —acabó susurrando porque sus yemas requerían el máximo de aire.


De todos modos, cuando habían terminado, éstas de pronunciarse y él de acomodarse, ella tan siquiera había empezado a escuchar el principio de la segunda frase: ya no estaba lo bastante cerca. Ni sentada ni de pie. Pero se había dejado la chaqueta. Él se levantó, solícito; y al ir a abrir la puerta para salir a buscarla vio cómo se cerraba la del pasillo al fondo a la derecha, que, imaginaba, como era habitual, sería la del baño. Dudaba entre cuál cartel elegir: si continuar con las indicaciones luminosas del de la salida y correr supuestamente tras ella siguiendo las luces a punto de encenderse, que como una onda expansiva se propagaban al derredor desde allí, en una dirección al azar; o girar a la izquierda para ver qué o, con suerte, quién había detrás del panel de melamina.

Decidió avanzar en el sentido que marcaban las flechas reflectantes del suelo. Además de dejarse guiar por la vibración de un sonido no identificable a esos pasos de distancia. Antes de llegar a llamar con los nudillos sobre lo que en algún momento era lo que mantenía unida una placa al contrachapado de virutas, el silencio entrecortado previo fue interrumpido de forma abrupta por la corriente del secador y la que formaron la puerta trasera de servicio abriéndose a la par que la principal y la del aseo.


Es mixto. —Se adelantó ella, dejándole pasar.

¿Estás bien?

No tengo alergia. Ni tampoco se me ha metido nada en el ojo. Si es que lo dices por el tono enrojecido. —Sonriendo, por primera vez... en todo el día, aunque él no lo supiera, y solo fuese en forma de mueca.

Sí. Y esto —Mostrándole su abrigo—; bueno, sin él, pues igual ibas a pasar frío, a pesar de que en estas fechas las calles también estén llenas a todas horas.

Al llorar disminuye la temperatura... aunque el resto, el resto sigue igual... de frío. Pero ¿cómo sabías que iba a enfriarme?

No, no, pensaba que te habías ido y te lo habías olvidado.

Me fui, o sea, vine aquí, porque me di cuenta de por qué estaba dónde y cómo me encontraste. Me hiciste recordarlo. Cuando dijiste con tanta seguridad lo de que únicamente necesitabas “una silla y una mesa” me acordé de que, como yo no lo sé, entré y me había pedido, en vez de un poleo menta como suelo, una manzanilla para acallar a alguno de los dos —Apuntando al unísono al cerebro y el corazón—, y así escuchar al otro y averiguarlo. Y creo que, sin embargo, silencié a ambos —Señalando indistintamente arriba y abajo—. E incluso, al mundo exterior; al menos, mi versión catatónica...

Toma, te va a hacer falta. —Y al levantar la mirada, no era un pañuelo lo que le tendía a ella, sino su brazo con la chaqueta colgada en él—. Demos una vuelta. La verdad está ahí fuera.

¿Por qué ibas a hacer eso? Sobre todo, con alguien así, como yo —inquirió mientras él se acercaba al que había sido el escenario en el que habían compartido la primera escena juntos para recoger el envase, ya apto para el consumo, con su nombre escrito y algo emborronado por el contacto.


Tan borroso que ella no alcanzó a leer la etiqueta colgante de la bebida que aún no había probado descifrando la segunda letra (consonante, no vocal); y Dylan tan siquiera consiguió lo segundo con el de ella, totalmente ilegible y oculto por la del sobrecito de manzanilla. A pesar de tomarse su tiempo hasta contestar:


Porque pasear con otro binomio externo corazón–cerebro... y este extra que suele ser tu primera opción es, seas quien seas, lo que tú necesitas.

domingo, 14 de noviembre de 2021

SE BUSCA...


No soy yo.

Esa del espejo. Ni la del DNI que ante la ley responde con mi nombre y apellidos.

O la que se parece a mí en las fotos.


Tampoco, la de este lado de la puerta que está bajo las sábanas con la luz apagada.

Ni la de la cara lavada.

Tan siquiera soy la que escribe esto.

O la que se esconde detrás de las palabras.


Cada tecla pulsada es una lágrima mantenida.

El completo sinsentido.

La sin sentido completo.


Soy quien piensa que si no miras el reloj no hay tiempo.

Esa que cree ser un fantasma cuando se le aparece su imagen reflejada en un cristal.

Aquella que lee la última frase antes de llegar al final.


La del yo nunca... lo haré.

La que no duerme y cuando lo hace no sueña.

Una que no quiere caerse y por eso está caída.

Quien se queda en el mismo sitio para no tener que volver.


Yo soy la que no sigue y así evita lo que sí.

Alguien que ni siquiera lo intenta porque el intento es para ella un precipicio y no un principio.

La del vaso a medias. Sufriendo por no llenarlo; y, también, sin vaciar.

Soy yo la que se siente una estafa y por eso no se vende.


La que se venda los ojos y las manos, a voluntad, manca y ciega. Ambas.

Esa que enlaza los cordones entre sí. Entre mí. A mí. A mi mitad.


Cuando está todo perdido o sales a encontrarlo o dejas que te encuentre.

Pero yo no estoy. Me he ido.

miércoles, 16 de junio de 2021

1+6 = 16


Me gusta ver tus ojos al mirar los míos.

Que tu mirada se quede reflejada en mi pupila que no es azul.

La nuestra es verde; aunque muchos no lo sepan, ni al mirarme, ni al verte.


Me encanta tener que dirigir mi vista dos veces hacia el espejo.

Porque se desvía siempre en otra dirección: el camino con la huella de tus pasos.

La misma ruta recorrida en otro tiempo convierte el mismo espacio en diferente trayecto.


No soy tú; tú no eres yo. Quizá, tan siquiera, almas gemelas.

Una de ambas no sigue. La otra no llega. Corres. Me paro. Te adelanto. Aceleras.

Damos la vuelta por separado. Cada quien frena a un lado. Antes... y después de la meta.


Retrocedes mirando atrás esperando encontrarme.

Ya no te veo al buscarte en el cristal. Es mi reflejo recién descubierto.

Tu sombra me alcanza, se enciende una luz: un haz de Iris que brilla casi desde tu nacimiento.


Yo existo porque, primeramente, el milagro lo hiciste tú.

Continúa enfocando hacia ti. Clava tu órbita en cualquier punto del globo terráqueo.

Un eclipse de luna. La elipse del Sol. Una estela fugaz. En tu trayectoria, yo ya no salgo ni entro.


En mí eres un eco, una llama(ra)da que no quiero que se extinga.

Soy un bis de tu voz que se queda fuera. Fuera del planeta. Sin (v)ida ni (bien)venida.

Sigues siendo otra, la de siempre; la que eras cuando tú, todavía, no eras nunca fuiste menos “yo”.



jueves, 28 de enero de 2021

"L"


La suya fue la primera llamada que recibí durante el confinamiento. Recuerdo la fecha: 19 de marzo, jueves.


La última carta que envié llevaba sus señas, pero de eso hace mucho más tiempo.


Y el último envío del libro en el que he participado como autora y editora, ambas como novel, también; en este caso, hubo que hacer tres intentos de entrega porque la dirección ya era otra. Aunque eso es también otra historia.

¡Y cómo no iba a mandárselo! Si fue la persona que hizo escribir a todo el curso, de apenas diez años (once, a lo sumo), nuestra propia biografía, siendo la mía la única que necesitaba saber... A partir de ella, y en total secreto, dividió al alumnado en grupos y el último día que asistí al centro, el lunes 18 de noviembre de 2002... ahí estaba, mi autobiografía escrita en tres versiones distintas con letra distinta, en álbumes de cartón o papel: uno, forrado de cartulina rosa, con un adorno textil en rojo y, además, un lazo azul y blanco a cuadros uniendo las hojas; otro, amarillo con las fotos de carnet de sus “biógrafos oficiales” en la cubierta; y el tercero, con el dibujo de un tigre como fondo a 18 palabras (26, contando la contraportada).

Su contenido era parecido: variadas imágenes (algunas hasta coloreadas) recortadas y pegadas a los folios arcoíris con las firmas y dedicatorias del profesorado y mi clase, desde el año anterior, diciendo que siguiera igual que hasta ahora; que era muy simpática, aunque hablaba mucho, pero eso daba igual; que en lectura les hacía reír porque leía muy deprisa, y la verdad era que leía muy bien y era muy lista; o, deseándome que pudiera ser todo lo feliz que me merecía. Menos, las de ella, las de la tutora de 6ºB; una diferente por recordatorio.


«Te recordaré siempre» [A]

«Sigue estudiando y preocupándote por aprender» [B]

«El trabajo de hoy será el futuro de mañana. Sigue siendo tú. Te quiere. Tu tutora». [C]


No tengo tan buena memoria, es que están aquí, conmigo, mientras tecleo esto, casi 19 años después:




Y al día siguiente de ser escritas y releídas página a página en bucle, era alumna de 6.º de primaria (así, a secas) en otra aula a 260 km.


Durante todo el curso académico 2002/03 fui también estudiante a distancia, estudiante por correspondencia; ella continuó siendo mi tutora. Y es que a ésas siguieron, periódicamente, ahora en forma de carta conjunta, las del resto de mis (ex)compis. Yo recibía cada una de ellas como notas subjetivas, carentes de cifras pero repletas de valor; letras sentidas con completo sentido. Eran un diario al que le sobraban llave y candado. La reproducción de la realidad manuscrita a varias manos, cuya ortografía identificaba hasta sin firma. La inclusión elevada a la enésima potencia. Un taller de escritura en el que cualquiera podía participar, el precursor vía postal de la didáctica online.


El intercambio epistolar continuó, acabada la etapa de educación primaria, al empezar la ESO y pasar al centro de enseñanza secundaria con el que compartía la valla. A partir de septiembre, las noticias llegaban por separado, procedentes del instituto mediante informantes preadolescentes, además de emitirse desde el colegio con el sello de la maestría (y maestra); me convertí en destinataria múltiple de sobres firmados por uno o varios remitentes.

Con el tiempo se fueron individualizando, de tú a tú: los titulares de los mismos se erigieron como protagonistas únicos cuya caligrafía era inconfundible, por repetición.


El último encuentro en persona con mi profesora tuvo lugar en su casa unos años después.

Luego, ella prorrogó su jubilación, manteniendo su labor docente sin privar a nadie de sus conocimientos, que iban allende el aula y el programa educativo, simplemente por el hecho de haber nacido el año que nació; mientras tanto, yo completaba mi formación en Bachillerato de ciencias.


En la Universidad, cursando en ese momento 2º de una carrera ¡de letras!, nos escribimos la última misiva. Al finalizar la prórroga, tras más de 45 años de docencia en nómina, había decidido prolongar su actividad de manera altruista y cambiando exclusivamente de receptores, en la asociación de Amas de Casa, ayudando a alumnas hasta con fecha de nacimiento previa a la suya a mejorar su redacción y comprensión lectora.


El siguiente intercambio se dio por teléfono. La voz del auricular era exactamente igual, el timbre, la entonación, la cadencia. La esencia de las palabras, antes escritas y ahora dichas, también; con sonido, se amplificaba su efecto revitalizador. Las ondas hacían extensible la sintonía, como un eco que se expande.


Quería estar de nuevo en la misma frecuencia y en el mismo sitio, pero la última vez en la que he vuelto de visita por allí, el 26 de mayo de 2019, no las encontré: a ninguna, ni siquiera la casa nueva en la nueva calle. Iba a ser una sorpresa improvisada y no se lo comuniqué... a nadie.

Así que continuaron las entrevistas telefónicas sin cita concreta; y lo que no estaba previsto de la que se produjo en la efeméride del Día del Padre es la causa, cinco antes. Fue una llamada de socorro. Un mensaje SOS. Fue pasar lista, 17 años más tarde, esperando que yo dijera «Presente». O, «Sana y salva». Un OK, hashtag que a 28/01/2021 gustaría enseñar como trending topic mundial. Y, a pesar de las circunstancias, tampoco había interrumpido entonces la pedagogía; simplemente la había adaptado al mismo medio desde el que estaba sucediendo tal conversación.


Hoy, sigue siendo lo de siempre: ella, maestra y yo, aprendiz; ambas con nombre de flor, casualmente, de la misma clase.

En sus dictados no distinguía el punto y aparte del punto y seguido. A veces, sigo igual. Lo que sí sé es que éste, de a continuación, no es un punto y final. Y que sólo hace falta añadirle dos para formar los puntos suspensivos de un «CONTINUARÁ...».

Porque no será el último.

Ni la última vez de la “L”.




viernes, 1 de enero de 2021

RECOPILATORIO 2020



La primera palabra que apunté en 2020 fue “bailar” (la única, el 1 de enero), porque eso fue lo mejor de Año Nuevo; llegando a ocupar, posteriormente, más de un folio al día con hechos que me hicieron feliz. Y luego, días después, hasta recordar más y más que había olvidado transcribir.


A modo de titulares: #NoTeLoPienses y “Di que sí”, #NoHayExcusas.



CRONOLOGÍA:


ENE. 15/01 Bailé la “Macarena” en el cine con la última peli de Clint Eastwood, RICHARD JEWELL, basada en las crónicas periodísticas sobre el atentado en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96.



FEB. *14/02 Aparte de que el ser vivo canino más longevo de la familia cumplió ¡17 años!; fui a mi primera presentación de un libro, titulado MIS INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS, cuya autora, Mercedes López Jiménez, conocía en persona y corresponsable de la investigación de la HANA (Histaminosis alimentaria no alérgica) y de descubrírmela a mí. El acto incluía un "Show cooking SIN" (ni huevos, ni gluten, ni lácteos) impartido por ECOeco shop (especialistas en alimentación vegana) junto a un taller llamado "¿Y ahora qué como yo?", además de otro de gestión emocional.*


23F Participé en un vídeo grupal de fitness improvisado en un parque (la primera de todas las clases que aún no sabía que vendrían, aunque ninguna, al aire libre).

También asistí a la obra CINCO HORAS CON MARIO (que debería llamarse “Una hora y veinte con Lola Herrera”) y lloré, emocionada con la ovación al acabar, ya que llevaba años queriendo verla: cuando tuve la oportunidad ya no la interpretaba ella y descubrir que la representaba de nuevo se debió a un cartel vislumbrado de forma fortuita por mi acompañante invitada... En directo, la actuación más sentida de una actriz, un momento que realmente nunca creí que viviría en persona.


27/02 Fui a la visita guiada del GUERNICA, y aunque no me gustaba el cuadro, el guía me transmitió su pasión y comprendí el porqué de la pintura.



MARZ. 9/03 La adjudicación por sorteo de algo por 2º año consecutivo (habiéndose dado en 2019 las características exclusivas para haberse canjeado).


19/03 Decidí que los aislamientos no son acumulables y empecé a mandar SOS hasta China, o incluso a Australia (desconocedora de este destino), todos, con respuesta afirmativa y comencé a enredarme en RRSS para estrechar lazos virtuales deshechos; y, a raíz de un spot que anunciaba que a partir del lunes habría un programa de Fitness presentado por el profe de OT, escogí mi próximo objetivo. Ya tenía dos ocupaciones a las que no podía faltar (quedándome en casa): ésa, a las 9 de la mañana y los aplausos de las 8 de la tarde.


23/03 Tuve la primera cita con Cesc Escolà en MUÉVETE EN CASA... pero no la última.

Los 30´ que duraba, recargaba las pilas y recuperaba la energía que tenía cuando estaba federada en el Club de Atletismo hacía 10 años. Conforme avanzaban, pasé a tener las mismas sensaciones que con las coreos en rítmica, 20 años atrás. Y luego, se convirtieron en 30´ de tregua y... en 2 rondas de 70 programas con la excusa de publicar después algo sobre las clases o sobre Cesc, quien contagia su motivación a través de la pantalla más allá de los días laborables, tan positivo que hasta para preguntar dice ¿sí? Alguien que conecta con el público también por privado de tú a tú. Una persona nada superficial aunque el cuerpo sea su medio; el fin se encuentra en el interior del lado izquierdo.


24/03 Se me ocurre mencionar a alguien en mis comentarios por primera vez. El primero fue él, pero no el único, la lista de contactos sigue aumentando.


Y no recuerdo el día de marzo en el que vi que Rosa Montero había hecho un IGL desde Escuela Cursiva (las cuales iba a tener muy presentes) pero buscando el vídeo encontré que hacía directos desde FB los lunes y miércoles a las 7 de la tarde (a partir de ahora “La hora de la buena suerte”).

Me enganché también a Rosa al escucharla hablar, su mirada y su risa contagiosa envolviendo sus palabras: 2ª adicción y 3ª ocupación con cita previa. Le envié todas las tareas que nos incitaba a realizar, porque ella se ofrecía a enseñarnos su saber de forma altruista, a leerlas y ¡a contestar! Recibir mails suyos era más emocionante, aún si cabe, que escucharla diciendo tu nombre o algo que habías escrito en algún momento tú en vivo y en directo.


Paralelamente, (30/03) seguí otro taller online de escritura creativa con el que fui personas distintas a mí y el 3º curso de Mindfulness con el que volví a ser mi yo (15/03).

Además, para contrarrestar, fui espectadora de un montón de conciertos en streaming (más que la suma de aquellos a los que asistí presencialmente a lo largo de mi vida).


Nunca me faltaron caricias ni besos gatunos y perrunos, y, quizá, el hecho de tener que salir obligatoriamente con estos últimos me mantuvo también en equilibrio.



ABR. En uno de los últimos ejercicios de Rosa, nos propuso escribir una sinopsis con las dos descripciones de personajes más votadas, de las 6 que ella había escogido entre todas las que escribimos en un ejercicio anterior. Rosa se despidió hasta el primer sábado del mes siguiente (desde entonces los encuentros fueron mensuales) alentándonos a desarrollarla para formar un cuento. Y en ese momento alguien lanzó la idea de publicar los relatos, otro alguien de que fuera Rosa quien escribiera el prólogo...

Eran tantos los participantes que nos apuntamos, que nos dividimos en dos grupos. Me inscribí en uno de ellos gracias a que, aleccionados por Rosa, volvieron abrir un segundo cupo y a que los hashtags generados por Cesc eran extrapolables a cualquier situación. Así que empezamos a escribir individualmente nuestros cuentos (yo, el 10/05).

Entre todos organizamos todo el proceso de creación de EN CUENTOS CON ROSA (incluido su título y el de los dos tomos: CARMÍN y CHOCOLATE -por las características principales de dichas descripciones-), pero las administradoras fueron las encargadas de dar las pautas y supervisar el correcto funcionamiento de la cadena y, al mismo tiempo, ponerse en contacto con el otro grupo para que fuera una labor armónica, puesto que ambos son una colección. A su vez, se tomó la decisión de que la publicación tendría un fin benéfico, concretamente a favor de ACNUR (la Agencia de la ONU para los refugiados): el origen lo era y el medio lo estaba siendo ya que se formó un Equipo de Edición y otro de Diseño por amor al arte, a la escritura y a la generosidad iniciada por Rosa.

Yo me ofrecí a ser parte del primero e implicarme activamente en el proceso desde dentro. Así me convertí no sólo en una de los 168 autores de 23 países, sino en la 9ª de las “8 maravillas del Mundo” del Equipo de Edición de Carmín (donde están los 87 relatos a editar, contando el mío); y ellas, en amistades muy queridas, aunque sólo nos hemos visto en directo los nueve juntos 2 veces por Zoom (29/05 y 10/08). Y a pesar de nuestras diversas procedencias, o gracias a ellas, raro es el día en el que no hay alguien escribiendo a los demás. Durante el trabajo de edición, rara era la hora en la que no (con conversación récord de 4h el 3/07). Siempre había alguien en algún lugar hablando sobre ello. Y ahora, al ser un proyecto colectivo transfronterizo, siempre habrá alguien en algún lugar leyendo... Porque lo que venía siendo algo amateur, tuvo resultado profesional al ser publicado en eBook por LITERÁLIKA editorial el 29 de septiembre... y desde el 9 de octubre, disponible en AMAZON también ¡en papel! Pero eso es adelantarme cronológicamente a los acontecimientos.


14/04 Reincorporo el gluten a mi dieta.



MAY. 8/05 Dejo los animales terrestres... vivos a partir de ese día, al tolerar más proteína vegetal.


11/05 Primera vez que me quito las gafas que llevo (innecesariamente para algo que no sea leer o escribir e incluso eso puedo hacerlo sin ellas) desde dos semanas antes de cumplir 5 años, gracias a la mascarilla.


20/05 Primera vez que salgo con alguien... por la calle (aunque sea de noche).



JUN. 18/06 Miguel Ángel Muñoz y su tata de 95 años (hermana de su bisabuela) le dan una sorpresa a mi madre, felicitándola desde el IGL de CUARENTATA, al leer en directo la carta que en secreto les escribí el día de su cumpleaños.


26/06 Recibí un Pc preinstalado, que no había contratado, al ir a descambiar el defectuoso que ya había instalado yo.



JUL. 20/07 Evité una intervención quirúrgica gracias a seguir, bajo supervisión médica y como único tratamiento desde el 25/05, las clases de Cesc.


30/07 Salgo a correr (por supuesto, con mascarilla) por primera vez desde hacía 4 años; y al día siguiente, también.



AGOST. 6/08 Primera vez que veo una serie en catalán desde hacía más de 6 años.


8/08 Primera vez en mi vida que escucho la radio en catalán, durante 2 h, esperando a Cesc Escolà.


25/08 De madrugada, evité, al realizar una pseudo maniobra de Heimlich, que la persona que me dio la vida no se ahogara con un hueso de aceituna; y, a la hora en la que me dio a luz, adquirí LA BUENA SUERTE, el último libro de Rosa Montero, cuya portada nos había mostrado en exclusiva.



SEPT. 12/09 Día 62 de entreno consecutivo con Cesc.


29/09 EN CUENTOS CON ROSA en Amazon Kindle.



OCT. 5/10 Primera vez que un relato mío aparece publicado, en este caso, en el “Recopilatorio #JuevesConCuento” de Cursiva con la palabra ´sapiens´, por el libro de Juan José Millás.


9/10 EN CUENTOS CON ROSA también ¡en papel!


16/10 Mi primer artículo publicado en un blog ajeno al mío: PLENACCIÓN (por ofrecimiento del propio consultor de Mindfulness).


17/10 Que Rosa lo cite.


19/10 En mis manos mi primer relato escrito, y, además, algunos de los otros 86 que lo forman editados por mí; publicados en papel: EN CUENTOS CON ROSA, #Carmín.


22/10 Mi primer artículo publicado en un periódico (digital).


27/10 Mi primera interpretación, y además, de un texto escrito por mí con coreo y doblaje incluidos: mi debut como actriz, también, de doblaje.



NOV. 3/11 Cumplo mi promesa de ver un IGL de Cesc al completo, de forma imprevista.


5/11 Hago un reel con mi madre emulando a Cesc bailando con la suya.


8/11 Première de “En cuentos con Rosa, historias de dos personajes / Microrrelato Carmín” en el canal de YouTube de Literálika con los 8 microrrelatos correspondientes a los 8 cuadros y sus respectivos títulos, interpretados por el Equipo de Edición (yo, la segunda).


14/11 Mail de Literálika con el asunto: “Queridas escritoras. Queridos escritores”.


15/11 Grabo mi primer Podcast (el 2º programa de EN CUENTOS NOCTURNOS, el Podcast con las narraciones de EN CUENTOS CON ROSA); antes de mi 1ª clase en directo con Cesc vía IGL.


18/11 Conseguir hueco con menos de 24h de antelación para algo cuya lista de espera es de 2 años.


21/11 Emisión del 2º Podcast “En Cuentos Nocturnos” en el canal de Youtube del mismo nombre, el 1º como narradora.



DIC. 18/12 Sorteo “Calendario de Adviento Cursiva”: Curso EL LENGUAJE DE LA NATURALEZA.


19/12 Llego a tiempo de obtener la última agenda que aparece en la foto..


24/12 Bailo desde las 21:20 (sin haber cenado aún) durante más de 5h.


28/12 Me doy cuenta de que no he recibido notificación de renovación de la demanda de empleo justo el día que tengo que renovarla.


29/12 Compruebo que la agenda que acompaña mi recopilatorio del 2020 es perfecta para mí al hacer el curso de Óscar S. Aranda: los gatos (mi animal favorito) miran a los ojos, exactamente igual que yo.



CONCLUSIONES


Este ha sido el año de mirarse a los ojos y preguntar cómo estás queriendo saber la respuesta. El año de escucharse a uno mismo y a quien tuvieras al lado mientras cumplías con el #QuédateEnCasa y la distancia (física) social. En el que quererse era estar a 2 metros de distancia o no estar... en el mismo sitio a la misma vez.


Para mí, ha sido el año en el que menos sola me he sentido y más activa he estado. El año de las primeras veces. El año en el que he dejado de ser anónima o, incluso, inexistente en redes; en el que más interacción con seres humanos, de todo el mundo y de todos los estatus, he tenido. En el que más desconocidos son algo más que eso: son amigos; o en el que vuelven a serlo (o vuelvo a serlo yo) de antiguos conocidos. El año en el que soy de dos equipos: el #EquipoDeEdición y el #EquipoCesc (el EQUIPO ROSA, en cualquier caso). Y en el que he recibido tantos corazones que no me caben en el pecho. 2020: el año en el que las pantallas nos unen y no separan.


Así que quiero dar gracias por encender la tele, y que al salir CESC ESCOLÀ, alguien que es MUCHO MÁS QUE FITNESS (libro del mismo título disponible el 13 de enero), entrara en mi vida, también, #LaBuenaSuerte de aparecerse, como un hada madrina, ROSA MONTERO y todo su séquito de buenas personas con sus buenas palabras que me han emocionado y con las que escribo éstas, emocionada y agradecida por cada muestra virtual que dedican (y no sólo al proyecto o a mí).


A cada una de ellas, y a quien esté leyendo esto, infinitas gracias por su aliento e inspiración a ser mejor. 



#Seguimos en 2022... con la recopilación que hoy, 1 de enero de 2021, he empezado a escribir en la agenda.



P.D. Recuerdo todos los nombres y más motivos de los que podría, yo escribir y tú leer; así que agradece mi intento de resumir 366 días en uno (llevo todo Año Nuevo haciéndolo).


* 14/02: Nota añadida el domingo 3 de enero a 10:56*