miércoles, 12 de octubre de 2011

Hace ya bastante tiempo (quizá demasiado)que escribí este poema (a lo mejor debería decir rima puesto que Goytisolo nos insta a que "dejemos de llamar poesía a lo que no lo es" siendo mi composición como es, demasiado "prosáica"). Lo dicho, como he estado sin escribir (que no quiere decir sin pensar) casi tres meses, me es muy difícil elegir un tema con el que "VOLVER A EMPEZAR, OTRA VEZ" y por ello voy a intentar recoger cada una de las "Gotas de memoria" en este vaso, alias "rima" que compuse en una de las tantas noches de insomnio de las que soy protagonista.

Puede que no te sientas triste,
puede que no te sientas solo;
pero el día que lo sientas,
sentirás que lo sientes,
sentirás el engaño
de haber sido el que fuiste,
de haber dañado a tu lado,
de habernos hecho infelices;
que yo no sentiré nada,
sólo escucharé el click de
los trozos del corazón que rompiste.


Tengo que decir que lo escribí pensando en la vida de una persona con la que compartí por vez primera ciertas experiencias de mi vida sin escuchar un ¿Por qué? después y con la que una mirada y un abrazo lo decían todo.
Estas palabras van dedicadas a otra persona más: a una historia de tantas, pero a una historia de la que sin querer fui testigo pasando a ser esa persona parte de mi propia historia.
También fui testigo de otros dos hechos, los cuales al leer estas letras me llevan a preguntarme el slogan de un spot publicitario: ¿Aún piensas que las bestias no aman?Una pregunta de fácil respuesta: No ama quien no quiere amar y quien escoge semejante decisión solo tiene un nombre: Ser humano.
Y está claro que en estas cuatro historias sus (por llamarlos de alguna forma)protagonistas decidieron no amar a los verdaderos protagonistas.