domingo, 3 de mayo de 2020

(Q)HERENCIA


Desconozco por qué han decidido celebrar la Misa-Funeral “online” por los fallecidos a causa del COVID-19 precisamente el 3 de mayo. Ni quién ha elegido esta fecha y no otra.

Ya que hoy es -o era- el Día de la Madre. El día en el que todos nosotros nacemos porque es entonces cuando empieza nuestra vida. Con ellas. Y el homenaje, tendría que ser enteramente suyo.

De entre los fallecidos habrá madres, y también habrá hijos.

Entre las víctimas, madres sin hijos e hijos sin madre. Aunque ninguno deja de ser hijo, ni tampoco madre. Continúan con su papel: las madres, sea cual sea la edad del vástago; y estos, por muchos años más que cumplan, siempre seremos hijos de -sin apelativo.

Heredamos el 50% de su material genético. Y cada una de sus alegrías y sus penas... mientras estaban embarazadas. Pero de TODAS las madres de las madres hasta llegar a la primera.

Existe el amor de madre. Un amor que se multiplica cada vez que se divide. Original, a pesar de que su origen no sea el mismo; y radical, por mucho que no provenga de una única raíz. Un vínculo permanente más allá de la vida y de la muerte.

Y solo sé, que siento cómo una madre ama a un hijo en la terraza. Aunque la madre sea humana y el hijo, un mirlo de la calle.

Su nombre es el de la suya propia. Yo la llamo: MAMÁ.

GRACIAS, POR TODA TU HERENCIA.