domingo, 6 de marzo de 2011

Esta va a ser la primera entrada en la que no ponga ni foto, ni título en su lugar, ya que creo que cuando tienes algo que decir ese algo no necesita acompañamiento, no necesitas nada más que decirlo; y de eso precisamente voy a hablar.

Un profesor dijo que "todo lo que posseemos nos posee" o como digo yo: las propiedades se vuelven propietarias.
Y es cierto, solo nos preocupamos por que no se me rompa eso, que no se me ensucie, que no se me pierda, voy a guardarlo bien para que no me lo quiten... empleamos tanto tiempo en ello que se nos olvida que ya hemos utilizado bastante en conseguirlo como para también estar pendientes de ello una vez que los conseguimos.

En vez de obsesionarnos en mantenerlos, nos deberíamos de preocupar en conseguir más cosas que ayudarán a los demás, porque no solo existimos nosotros sino también "ellos".

La culpa de esa obsesión reside en que en cada objeto vinculamos un sentimiento, una parte de nosotros y pensamos que si ese objeto desaparece el vínculo también lo hará y en eso nos equivocamos, no todo es "Harry Potter", los Horrocruxes no existen y sino preguntáos: ¿Cuándo una persona muere, desaparecen los recuerdos que tenemos de ella, dejamos de quererla? Esta pregunta no necesita respuesta.

Los sentimientos son inmateriales y por tanto no desaparecen, simplemente mutan de forma, pero siguen ahí, no tiene explicación igual que no la tiene su aparición.

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