jueves, 6 de marzo de 2014

Mientras el agua cae sobre mi cuerpo, siento que me ahogo, que no puedo respirar, que me falta el aire, que el agua me traspasa y llega a mis vías respiratorias, que respiro (si  es que a eso se le puede llamar respirar) H2O.

Salgo de la ducha tras el intento vano, de limpiar mis ideas, de sanearlas, intento que se va por el desagüe.
Y paso de suavizar mi piel ¿Para qué? si estoy áspera por dentro.

Me visto,  me cubro las ganas de desaparecer con tela hilada.
Abro la puerta y me convierto en una más, en alguien nada fuera de lo normal, toda dentro de lo ordinario.

Transformo mi apetito por huir de donde no me encuentro porque me he perdido, en energía para seguir siendo aquello que nunca quise llegar a ser.

Se calman mis deseos, mi obsesión va menguando al ritmo que tecleo lo que ahora lees.
Pero solo por un breve instante, pues permanece latente a la espera de que alguien lo encuentre o de que cese la intención de expresarlos en caracteres alfabéticos, que poco a poco va acabando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario