jueves, 30 de abril de 2020

Baño compartido


Desde que te has independizado nos vemos menos. Solo coincidimos a veces en la hora del almuerzo. O cuando organizamos una cena.

Apenas apareces por casa. Y te echo de menos. El salón se nos ha quedado pequeño para cualquier reunión. Teníamos que haberle metido el dormitorio.
Porque el pasillo sigue muy transitado con patas de muebles y cajas. Y de la entrada ya no sale nada ni nadie.

En mi baño todavía quedan cosas tuyas, aparte de cabellos.

No sé si llamar a la puerta. A lo mejor estás ocupándote de algo importante. Mejor me voy. No quiero molestar.

Antes era más fácil, cuando uno de los dos baños siempre estaba abierto y el otro cerrado.
Ahora, sin embargo, dudo sobre si en el tuyo estarás tú dentro.


P.D.
A colación de eso sobre lo que hablábamos en la última reunión: los perros tienen derecho a baño compartido de uso público con horario restringido.
Los niños no: ellos tienen obligación a venir miccionados y defecados de casa o en su defecto a llevar retrete portátil.


P.D.2.
Te dejo la nota bajo la puerta.
Cuando la leas, hazme una perdida (más de un tono o no lo oiré desde la cocina).



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