sábado, 28 de septiembre de 2013

Te dispones a intentar calmar tus ansias de tragarte, aún sin masticar, aquello que sabes que no puedes digerir.
Pero todos los medios a tu alcance te irritan aún más la garganta, que de pronto te arde.
Ardes en deseos de gritar, de mostrar tu enfado, tu ira. De golpear, de golpearte.

Pero todo aquello que podría ayudarte a suavizar la frustración que sientes ante la impotencia de no poder hacer nada, cada una de esas pequeñas acciones te recuerdan a ellos. Porque antes, no sabes cuando exactamente, solías hacerlas con alguno de esos alguien. Pero ya no, eso pasó a formar parte de tu biografía, de las batallitas que contar a tus futuros nietos.

Ya no formáis parte del mismo ente, ya no hay un nosotros, solo existe un yo y un ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario